el campeón del bus


Mi padre era el mejor de su pueblo jugando al mus.
En realidad era el mejor jugando al mus con los colegas de cualquier bar de cualquier barrio.
Cada año los estantes de nuestra casa, los de la casa del pueblo, los de la casa de la abuela y algún que otro trastero se iban llenando de los trofeos que mi padre ganaba.
Alguna vez insistió en enseñarme a jugar al mus pero yo solo pensaba en el espantoso regalo que te daban por ser la mejor y prefería hacerme la tonta y no aprender.
El otro día me monté en el bus y ví el trofeo más grande en las manos de alguien.Y pensé en mi padre.
Y pensé en los hijos del campeón del bus.
Y me imaginé sus estantes y los de la casa de mi abuela.
Parece mentira que cosas tan feas te traigan tantos recuerdos.



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